
Era un día tranquilo en springfield, marge estaba en casa como eternamente. Pero pellizco en la Av. Siempre viva era extraño… Ned Flanders había faltado a vender en su tienda de artículos para zurdos. Marge supo que ese sería el día…
Desde hacía hoy mucho tiempo, el cariz manejable y tímido de Ned provocaba en Marge las más acaloradas pasiones. En el tiempo que marge era montada por Homer, ella solía pensar que era su vecino, Ned, quien la penetraba y no su esposo.
Marge salio al huerto, para irrigar las plantas, tanto todas la mañanas solía hacerlo, y Ned estaba aquí del demás lado de la valla, podando sus arbustos con las únicas tijeras de desmochar que homer no le había robado.
-¡Hola Ned, buen amanecer!
-buenos días Marge!
-Ned me preguntaba si podrías venir mas tarde a mi casa pues tengo una fuga en la red de la cocina y no puedo hacer carencia aquí.
-Claro Marge en unos minutos estoy ahí.
Marge se apresuro a entrar en la casa planeando todo para cuando llegara Ned, esta vez lo haría suyo pasara lo que pasara. Sonó la entrada y dejó pasar a Ned. le indicó en en el cual estaba la falla en la cañería y Ned se metió adentro de la naveta de la cocina, él llevaba un overol azulete marina, que hacia notar el buen cuerpo que había conservado hipo de ese suéter verde de santurrón.